Fuè un Domingo por la tarde que nos reencontramos pasando cuadras de la Av Colonial, bajè del taxi y te tome de la mano con temor, pensando que alguien nos verìa. Caminamos juntos por las calles vacìas de esos sitios que llenaban las fàbricas. Te llevè a caminar por la Lima Colonial. Ella, la horrible que le llamaban, pero que ahora està màs linda, màs cosmopolita, mezcla de historia y modernidad. Y yo y tù, tù y yo caminando libres contándonos y diciendonos palabras sin pensar solo las decimos por que queremos compaatirlas sin pensar...
Una botella de agua nos refresca la boca que se va, poco a poco, secando. Mientras nuestra caminata se ve acompañada por los ultimos rayos de sol de esa tarde de Verano Otoño que ensombrecía algunos espacios mezcla de la luz y los edificios.
Y allì estabamos, tù y yo, yo y tù
El caminar es lento, nadie nos apura, no hay sitio a donde llegar, no hay nadie quièn nos espere, no hay horario que cumplir, caminábamos sin màs ni mas. Muchas parejas alrededor, muchas historias que van en contra nuestro y a favor. Y allì estàbamos Tù y yo, yo y tù...
De pronto, el hambre nos sorprendiò y... ¿Dònde comer?. Deberìa ser un lugar especial, por que lo nuestro asì lo es. Levanto la mirada queriendo chapar un recuerdo de los tantos, y llega uno... "EL CORDANO", clàsico, ameno, bohemio y tradicional. Ese es el lugar, y tù y yo pedimos y comimos lo mismo en un solo plato, de un mismo vaso, bebimos y de la misma complicidad, nos acompañamos.
El almuerzo fenomenal y para mì tu compañia mucho mejor, pedì la cuenta, y nuestro mozo, maduro èl, ducho en su oficio nos despide con una sonrisa como satisfecho por habernos atendido. ¿Habrà notado que por mis poros emano fantasìa?, Nunca lo sabrè.
Te miro a los ojos sentados aùn en "EL CORDANO", esos ojos que los veo en cada instantes de mi vida y que me apasionan, esa mirada profunda y traviesa que seràn siempre parte de mì. Y sin preguntar con palabras te pregunto: ¿Què quieres hacer?, Nos tomamos de la mano y salimos del lugar tradicional en esa esquina donde pasaron muchos virreyes y ciudadanos nobles de Lima la antigua,
Al frente vemos una casona, pero, si es la antigua estaciòn central de tren, hoy remodelada y convertida en la Casona de la Literatura Peruana gracias a Mario. Còmplices los dos, entramos a conocer y sus columnas gruesas, pasadizos amplios, altos y brillantes que nos transportan sin pensar al pasado que sin duda en esos tiempos, por lo que estamos haciendo ahora, nos hubiese llevado a la inquisiciòn, a mí no me hubiese importado, pues ni muerto dejarìa de amarte,
Hojeamos libros y yo me sentè a leer una de Mario, "El Pez en el Agua". Me lo habìan recomendado, su historia, en ese instante, me habìa atrapado, solo dejè la lectura una vez cuando un tren cargado de mineral pasaba bullicioso por mi lado en la mesa acondicionada fenomenalmente con una vista al Rìo Rimac, sin antes no dejar de cruzar los rieles que por cuyo paso se deslizaban los bagones jalados por la impresionante locomotora.
- ¿Què hora es?
- Van a dar las 7pm.
-Huuuauuu!!!! como se ha ido la tarde, pero, que maravilla!!!. Ni tu ni yo, ni yo ni tù tenemos prisa...
Nos pasan una invitaciòn de una obra de teatro que van a dar en el auditorio. Y hacia allì nos vamos. !Hoy es el dìa de teatro! nos dicen...
La trama, hoy es cruda, me hace poner los pies en tierra, y al terminar, vuelvo a la realidad...
Miro a mis lados inquieto queriendote encontrar con la mirada... Pero solo encuentro a perfectas desconocidas. Los aplausos empiezan y las gracias y todo lo que hay en un teatro. Nos invitan unos vasos de vino celebrando el !Dìa del Teatro!. Raudo cojo dos vasos uno para mi y y otro para mi...
Mi compañera, no està. Brindo por tì y por mi, por lo mejor de los dos, un sentimiento es como un sueño que puede terminar.
Salud a todos!!! Termina la historia de hoy. Inicio camino de vuelta a casa, esta vez, sin el calor de tus manos. Màs tu aroma y tus recuerdos quedan en mì. Hoy creì que me estaba volviendo loco, hace poco me creìa bipolar. Pero no importa.
Te amo
